1.- La página principal es primordial para centrar y mantener la atención del usuario. Por mucho que guste una determinada línea gráfica, debe buscarse el equilibrio entre información, usabilidad, velocidad y estética. Las tres primeras deberían tener prioridad sobre la última, en la mayoría de los casos. Si consigues la cuadratura, ¡enhorabuena!
2.- Las ofertas deben adaptarse al perfil e intereses de los usuarios. Hay que preguntarles qué les gusta, estudiar su comportamiento. No perder de vista a los grandes: qué venden y cómo lo hacen.
3.- Analizar cuidadosamente la categorización de los productos. Aunque depende del número y variedad, cuantos menos niveles tenga una tienda online, mejor. Habitualmente 2 categorías de productos es suficiente; superar las 3 o 4 puede dificultar la navegación y el acceso a la información.
4.- El buscador es una herramienta básica para cualquier web, absolutamente imprescindible en una tienda virtual. Tanto más avanzado deberá ser cuanto mayor sea el número y variedad de los productos.
5.- Mostrar ofertas o productos relacionados aumentará el pedido medio. Si el comprador busca pantallas de plasma, se le pueden ofrecer mesas, home cinemas u otros modelos que mejoren el margen de beneficio.
6.- Son necesarias herramientas estadísticas que ofrezcan información sobre los hábitos de los usuarios: palabras buscadas, qué términos funcionan en los buscadores y cuáles no, origen del tráfico... Cuanta más información se tenga a mano, más rápido se podrá actuar y mejor podrán planificarse las campañas y ofertas.
7.-Debe prestarse especial atención a los productos más visitados que no se añaden al carro. Analizar la información que se ofrece de éstos, comparar su precio con la competencia. Pequeñas mejoras en la conversión pueden multiplicar las ventas.
8.- No perder de vista los productos que se añaden al carro pero que no se convierten en ventas. Una oportunidad al alcance de la mano.
9.- Una tienda con tráfico, donde se añaden productos al carro, que no se transforman en pedidos, debería prestar especial atención al proceso completo: los costes de envío, los cargos extras por la forma de pago... Cualquier detalle puede ser relevante a la hora de transformar un visitante en cliente.
10.- Convertir a un navegante en comprador es una dura labor, pero una vez conseguido, es infinitamente más fácil lograr que repita si ha quedado satisfecho. Para reenganchar a los clientes hay que crear campañas que despierten su atención, mantener una comunicación fluida y sitios que le motiven a volver.
Cuéntanos tu caso, cuáles son aquellos puntos que crees que te no te permiten despegar o que te han hecho triunfar en el comercio electrónico. (Fuente: ElSuper.com)
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